La Gran Colombia se suponía que debía ser una poderosa confederación de naciones. Comprendía lo que hoy se conoce como Colombia, Venezuela y Ecuador. Bolívar fue declarado presidente de la Gran Colombia en 1821 por el Congreso de Cúcuta y Santander fue nombrado vicepresidente. Pero Simón aún no había terminado con su labor libertadora y se vió obligado a abandonar la Gran Colombia. Santander queda, de esa manera, a cargo de la confederación.
Los Comienzos
La Nación necesitaba expulsar a todos los españoles. En 1812 habían tenido varios intentos de conquista y buscaban prevenirlos. Santander debía ocuparse de buscar recursos para la campaña libertadora. Con el fin de lograr obtenerlos, trató de mejorar la industria, impulsar la minería, la agricultura y la educación del país.
Desde ese momento, Bolívar y Santander comenzaron a distanciarse. La confederación estaba empobrecida por la guerra. Conseguir los recursos para financiarla no era sencillo pero para Simón mantener a sus hombres representaba una gran dificultad y sentía que Francisco no lo apoyaba.
Prestigio
Santander era abogado. Los militares tales como José Antonio Páez, comandante de Venezuela, y Juan José Flores, de Ecuador, no lo veían con buenos ojos. Creían que no era tan respetable como la gente de su oficio.
Las tensiones empezaron a aumentar cuando el general Páez entró en conflicto con las autoridades de Francisco y quiso emanciparse de la Gran Colombia. Francisco, en medio de la crisis, le pidió a Bolivar que mediara en la situación y Simón le dió la razón a Páez. Santander lo sintió como una traición.
Diferencias políticas
Cuando Páez fue ratificado, en 1827, como comandante de Venezuela, Bolívar eliminó la figura del vicepresidente quedando él solo en la presidencia de la Gran Colombia. En 1828 los seguidores de Santander irrumpieron en el Palacio ideal con un único objetivo: matar a Simón. Bolívar logró huir pero Santander fue acusado de traición. Su castigo era la muerte pero Simón lo perdonó por su trabajo, condenándolo únicamente al destierro.
Santander concebía una nación federalista. Buscaba que el presidente y los militares tuvieran límites en lo que respectaba al poder. Bolívar en cambio tenía la idea de una gran nación organizada desde el poder del presidente.
El final que Simón No Esperaba
Bolivar se enfermó de tuberculosis y las revueltas se acentuaron. Perú le declaró la guerra a la Gran Colombia mientras Venezuela se proclamaba independiente el 13 de enero de 1830. José Antonio Páez asumió la presidencia del país: a Simón lo destierra. La Gran Colombia se dividió. Dos años después de la muerte de Simón lo convocaron a Santander para que asumiera como presidente de la Nueva Granada.
En sus últimas horas de vida Simón le escribió a Rafael Urdaneta que el problema había sido pelearse con Francisco porque lo había perjudicado. Bolivar no pudo ver que, a pesar de sus diferencias, eran muchísimo más fuertes las ideas que compartían y un objetivo en común: la libertad de una Nación fuerte.
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